Alberto Martire (50), es el propietario de una “estanciera” celeste y blanca que pasea la ilusión argentina en cada festejo por las calles de la ciudad. Una de las tantas demostraciones de pasión que aparecen en tiempos de mundial en un país donde el fanatismo futbolero todo lo puede.
MIRAMAR (Corresponsal). – Más allá de los buenos resultados de la selección argentina este último tiempo, primero con la obtención de la Copa América en Brasil, luego la Finalísima ante Italia y ahora con la clasificación a la final de la Copa del Mundo de Qatar, este grupo de jugadores y su cuerpo técnico lograron un profundo y emotivo vínculo con la gente.
En medio de la locura y fanatismo difícil de entender en otros rincones del planeta, los argentinos siguen mostrando un sentimiento especial por el fútbol, el cual muchas veces trasciende hasta lo impensado.
Uno de esos apasionados por la pelota es Alberto Mártire (50), comerciante de Miramar que decidió darle rienda suelta a la “locura” creando “La Scaloneta”, que no es más que una “vieja estanciera” modificada, restaurada y pintada de celeste y blanco, que pasea por las calles principales de la ciudad, en cada momento de gloria de la selección en la actual competencia, el cual espera tener su episodio consagratorio el domingo frente a Francia.
Este vehículo “recortado” se transformó en una verdadera sensación que trasciende no sólo a cada paso y bocinazo tras cada triunfo del elenco nacional, sino también a través de redes sociales, donde Alberto deja postales, algunas de ellas, junto a su mujer Julieta (47), quien, según este fanático de Banfield, fue quien lo “autorizó a realizar todos los gastos”.
Todo comenzó tras la victoria frente a Australia en octavos de final. “Salimos a festejar con la estanciera como estaba, es decir con los trapos, banderas y ahí se me ocurrió que debía pintarla celeste y blanca. Nos juntamos, la lavamos toda, tapamos los agujeros que tenía con una cinta especial, conseguimos la pintura, y salió”, dijo Alberto a LA CAPITAL.
“Quedó tan buena que decidimos plotearla, colocarle las luces con mi amigo Mario Villar y ya para cuartos la Scaloneta era una locura. Hubo algunos inconvenientes mecánicos, pero los solucionamos entre todos. Al principio íbamos los dos solos, pero la familia se sumó y la gente que festejaba en la calle también”, agregó.
Tras el agónico triunfo por penales frente a Países Bajos, llegó el momento de enfrentar a Croacia por el pase a la final.
“Para esa instancia sumamos el humo celeste y blanco, cornetas, globos, banderas y fue todo más producido. Ahora para la final le vamos a sumar la dirección de Instagram en la chapa”, sostuvo el ideólogo de este simpático medio de transporte.
Sin perder el optimismo hacia el último paso, Alberto dijo que, tras el mundial, “la Scaloneta quedará armada, si la municipalidad no me hace multas (risas), quizá la exhibamos los fines de semana porque la gente está enloquecida con la camioneta. Es una linda locura, acá no hay hinchas de equipos somos todos argentinos. Ahora vamos por la final y seguramente algo se nos va a ocurrir”.
No sólo este enamorado del fútbol, sino toda la comunidad espera con ansias que el domingo sea con un final feliz y que la ya famosa estanciera que también luce el nombre de Lionel Messi y las Malvinas sobre la bandera vuelva a transitar Miramar con la alegría del objetivo cumplido.